miércoles, 18 de septiembre de 2013

Tejiendo con las manos un camino



Yeru M. G. 636237753 yerumg@gmail.com
De un artesano brasileño aprendí a elaborar un tipo de sonajero africano (caxixí) con médula de junco, calabaza y semillas, que complementa tradicionalmente otro instrumento musical que también quise construir (un berimbao afrobrasilero). Con el tiempo elaboré otros ejemplares de diferentes formas y tamaños.al tiempo que me especializaba sin fines comerciales en la creación de berimbaos para las aulas de Capoeira Angola que impartía, lo cual me llevó a cultivar calabazas, a familiarizarme con diferentes tipos de madera y con las fechas adecuadas de corte, y por supuesto a relacionarme con la música y el sonido.

Caminar por la orilla del mar es un festín para ver las maderas y cosas tan dispares que la marea trae. Formas y materiales sorprenden a uno estimulando la curiosidad y la imaginación creativa. De un palo torcido extraje una cuchara de cocido hermosa y escondida, en una raiz habita una futura escultura... Cuando uno encuentra un objeto en desuso, quizas roto, desgastado o dañado, y le otorga una nueva función más elevada que para la que fue creado, entonces dignificamos la materia. Dotamos a dicha materia de un sentido mayor.

En una ocasión obtuve una roca de alabrastro, una pieza en bruto de marmol "blando". En un encuentro pedagogico, un hombre que me generaba admiración me explicó que una pluma y una roca proceden de la misma sustancia, que son diferentes manifestaciones más o menos densas de la luz. Me habló de un concepto interesante: El verdadero artísta vive en la más profunda convicción de que la creación del mundo no está acabada. Cuando el artísta trabaja se vive a sí mismo como co-creador. De ese modo la obra de arte expresa una ley natural oculta: "lo bello es una manifestación de secretas leyes naturales, que de otra manera permanecerían eternamente ocultas" (Goethe). Eso es particularmente visible en aquellos artistas que han sido acogidos como algo sagrado en el Panteón de la humanidad, cuyas obras inmortales revelan realmente leyes ocultas. Esos personajes son estimados por todo el mundo y no suelen ser blanco de crítica alguna. Pero aunque ese fenómeno se manifieste al máximo en los grandes artistas, lo mismo sucede con el crear del alma en sí misma, porque el principio artístico vive y actúa arquetípicamente en toda alma humana.

Yo volví a mirar el alabastro mientras escuchaba. Aquel hombre me explicó que la roca contenía ya una forma interna y que si mi atención actuaba con el gesto de un río que confronta y envuelve la piedra a su paso, podría quizá descubrirla. Caray! con tan estimulante perspectiva y sin ninguna pretensión me lancé lima en mano a la aventura de un río atento y descubridor.


El verdadero resultado de esta experiencia no es esa figura que ustedes ven, sino el descubrimiento de la naturaleza del proceso creativo, accesible a todos y cada uno de nosotros y que no tiene que ver con los talentos individuales sino con las capacidades "base" de todo ser humano.
Hoy en día, hay cosas fundamentales que no se aprenden en el colegio,  ni en la universidad.